jueves, 26 de marzo de 2015

Sencillos pasos para convencerse de que se es un poco creativo

A ver... bloqueos mentales, bloqueos mentales, blanqueos mentales... Algo, algo... Doble o nada... Cuando uno pierde la creatividad pierde, más que las llaves del auto, la más importante cualidad que cualquier ser vivo puede tener. Cuando uno se echa al piso y mira al techo en vez de poder escribir Cien años de soledad o Rayuela, dibujar Virgen sodomizada por su propia castidad o componer Close to the edge, se piensa que ha perdido la capacidad por la cual un hombre llega a los hombres. Se piensa perdida la grandeza en potencia de un ser (y digo ser porque mi perro aprendió a cagar en círculos perfectos y eso sí que es GRANDE). Se ríen en la cuadra del frente, las señoras en el piso de arriba cuchichean mientras toman su té con canasta, y los jóvenes tiran huevos podridos a la ventana abucheando como si fuese un concierto de pop en el que se hizo playback. Las ideas no fluyen. No les gusta fluir. Les gusta nadar en lo verde de un pozo. Las ranas vienen y van y es lo único que conocen del mundo, un pozo verde con las mismas caras después del café y unas pocas rocas que decidieron ahogarse ahí. ¡No señor! Encuéntrese en el lobby de lo desconocido con su sombrero de copas agujereado y no vacío. lo que tiene usted oficialmente ¡OFICIALMENTE! (decretado por la academia de copilotos aeronáuticos invisibles de la República Popular de Malasia) miedo. ¿Pero qué es el miedo? No sé. Pero más que seguro que se siente así:
 1- Falto de ideas (planes de escape escasamente organizados).
 2- Explosión de rabia interna (normalmente rompe cosas importantes de lo cual se arrepiente más tarde).
 3- Pone canciones inútilmente tristes (Leonard Cohen y/o banda gótica/emo).
 4- No habla (agita por dentro palabras como "hambre" y "siesta").
 5- Un recurso importante pa' la depresión de ideas: ALCOHOL.

Ahora véase al espejo (no le pegue ¡No sea exagerado, che!), Ahora abra un hermoso paquete de galletitas  dulces y atragántese con esa mierda (puta madre, tendría que haber comprado toddy). ¿Lo hará sentir mejor? puede que no, puede que sí, yo digo que sí porque nada puede desatar los nudos de la conciencia si no está bien alimentado. Hágase un café (nescafé preferiblemente, o sino de filtro y a la bosta). Ahora, párese. Divise los objetos livianos susceptibles de poder ser arrojados. Guárdelos. No queremos matar a nadie (todavía). Si sabe tocar algún instrumento musical, arrópelo suavemente en una esquina. Siéntese al otro lado de la habitación como sin que este se dé cuenta. Acerque su silla un poco. Acerque su silla otro poco. Acérquese. Acérquese. Más. Más. Un poco más. Ya casi lo tiene. Suelte su café que casi se le cae. Otro poco. Estírese. Estírese. Estírese más. más. MÁS. MÁS. Abra la mano. Ciérrela. Sujete el instrumento. Use sus conocimientos promedio sobre música para intentar sacarle sonido. ¿Lo hizo? Bien. Usted ya está un poco más creativo. Felicidades.
Encuentre el mejor vino que tenga (toro viejo) y absorba de manera continua sin derramar gota del elíxir. ¿Lo hizo? Bien. Ahora usted está un poco más borracho. Felicidades. Supongo que se la habrá envalentonado un poco el alma. Haga lo que haga no se suicide. Todavía (tal vez al final de este escrito le van a dar ganas). Pero por ahora no, eso lo dejaremos para cuando sirva de algo.

Ufff... nos salvamos de esa ¿no? Aliviazo. Siéntese frente a un papel acompañado por una pluma, lapiz, lapicera, birome, tiza, portaminas, elefante alfabeto u óleo, y escriba algo tan absurdo como este simple y bastante rudimentario episodio que está usted leyendo.
Y por favor resuelva sus propios problemas ¿Qué no ve que yo ya tengo demasiados?

domingo, 15 de marzo de 2015

Perder y El camino de la redención.

Toca perder. Hoy toca perder. Otra vez. Así me despedía otra vez de esta noche que duró toda la mañana. ¿Perder? ¿Perder qué? Perder las cadenas que aprisionaban los últimos alientos interminables de Prometeo. Robando la trompeta desafinada que representaba el ritual. Los bombos laten en las profundidades de una calle mugrienta. La luz naranja se cree blanca e incita al carnaval. Se pierden también las inhibiciones dentro del ardiente sudor de los hombres que en un festín celebran ser parte de una noche que nunca recordarán. Hoy toca perder.
Yo a un costado del círculo danzante. Yo, nadando en la corriente de vino que esparce sin mirar a nadie, la alegría que yo espero. Hermoso. Mis ojos rojos deseaban compartir el espíritu de la tierra que proporcionaban los platillos oxidados. Pero en abundancia la tristeza se bañaba tranquila en mi sangre, sangre de poeta muerto, de músico mudo, de pintor ciego, de esperanza aún caliente. Confrontar la derrota en el medio de la gala de sonrisas, devastando el mundo que quería crear con mis sola imaginación. Ella siempre se cruza en el medio, haciéndome recordar que he perdido y que la impotencia sólo se puede traducir en una sonrisa falaz que escala desde el nudo en la garganta hasta los dientes amarillos, expulsándose a ella misma de un cuerpo que rechaza. 
Pero la costumbre hizo al caballero. Hizo que poco a poco la carne se fuese haciendo transparente y el alma de amante de preescolar se degradara en la tierra. ¿Cuántos días podrá respirar allá abajo? Ahogada entre las nubes plateadas de un cigarrillo, desfiguradas por el viento huracanado. Concedo la palabra al whisky. Ese viejo amigo que está cuando la soledad se hace presente. Somos tres y sin embargo uno habla. 
La orquesta patética (pathos) no consiguió el efecto esperado. La felicidad nunca es completa cuando vas perdiendo. Vi mis huellas como acantilados, cada paso era caer y enfrentar el viento  en la cara hasta que mi nariz era acolchonada por el duro suelo. Pero sin embargo, sentía esa efervescencia benigna que roncaba. Ella siempre supo. Qué noche. Pero tocó perder. Alguna vez (a veces en mis sueños pasa) me tocará ganar y despertará el gran murmullo que yace en la trompeta desafinada para dar rienda suelta a un gran festín dionisíaco y las lágrimas serán sudor en sangre caliente. Esta es por ahora la verdad de un muerto.

sábado, 14 de marzo de 2015

Génesis: del Orden al Caos

Instante Indefinido y etéreo. Invisible consecuencia. Del 0 al 1 del 1 al 0.
Instante Indefinido y completo. Existencia del lo improbable. Carrera en incongruente reto.
Instante Indefinido y aliento. Motor de lo infinito. Inconmensurable destino incierto.
Instante indefinido y horroroso. Exhumación de encuentros. Intalentosos desatentos morbosos. Instante Indefinido y huracanado. Vórtice de in-materia. Y por siempre así condenado.