domingo, 2 de octubre de 2016

Caminatas I

Mando mis pies y ellos me obedecen
pues yo soy su dueño
su maestro
El camino es su única salida
Avanzar su única respuesta certera
retroceder su resolución más agradable
Estas piernas conllevan
el destino de cualquier máquina
Se oxidarán
pero por lo pronto
Las muevo como su capitán
tuerto, herido, sangrado
pero capitán al fin.

Bajo por la avenida
un largo camino a la no-casa
dirección indeseada pero irrenunciable
En mi camino se encuentra lo poco de verde
que dejó el invierno
tratando de volver a la sí-vida
Un muchacho tropieza con su patineta
y azota el suelo en una caída seca
Sus lamentos llegan prestos a mis oídos
sin embargo, llegaban primero
a los de su noviecita
que en un abrir y cerrar de ojos
se echaba encima de él
y lo llenaba de besos por toda la cara
y por su pierna y brazos y cuello
Me acerco de curioso.
Cuando estoy tan cerca que no puedo
fingir que no vi lo que pasó
pregunto
"¿Estás bien?"
casi desapercibido pasó el "sí" del muchacho
pensé
"Y sí, ahora sí"

me alejo comandando mis pies a mi no-casa
No hay casa para el que sueña
Pasé por la ventana de aquel bar
un café cortado pidió una mujer
el edulcorante rebalsaba la sala
sus tetas se deslizaban apenas en la mesa
rozando el plato
Esperaba a alguien
Esperó
Esperó
Esperó
Se fue
Al marcharse dejó u olvidó
encima de la mesa
un asfódelo
flor de las no-casas.

Quiero mentir, pero no puedo
Sí pensé en ella
no en ella sino en Ella
Porque hay Ellas que sólo se piensan
muy diferentes de aquellas que se tocan
 Las que se piensan sólo matan
No quise que el poema se pusiese sentimental
así que seguí caminando
tratando de pensar en otra cosa
que no sea la desgracia

Al encontrarme en una esquina
Jefe del barco, anclé mis piernas
o algunas de mis personalidades lo hizo
Allí esperaba el semáforo
Ya no era jefe del barco
un factor externo me controlaba
y se apoderaba de mis acciones
Sólo podría cruzar cuando el verde,
color recurrente en la caminata,
Me diera la orden
El momento llegaría, como una premonición certera
Esperé
Esperé
Esperé
Me quedé
al fin el permiso externo
que tal vez era alguna de mis personalidades
llegó
Pero no moví un dedo
Por alguna razón
Pensé que ya había llegado
Que la mitad del camino
aquella esquina
Gris esquina en las profundidades
de la ciudad
azotada por vientos mediocres
Esta esquina
era todo el camino
y mi no-casa eterna
en medio
de
Ella

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