domingo, 7 de septiembre de 2014

Cuentos para chicos con finales para adolescentes y enseñanzas para adultos parte 1

-No no no no no nononononononononon ¡NO! tu todavía no has visto nada de lo que se encuentra entre estos muros muchacho- Dijo con una voz aguda y nada estable el ser altísimo de color violeta.
-No no no no nonononononononon ¡NO!- Repitió con voz aún más aguda. Avanzaron los dos subiendo unas escaleras blancas parecidas a teclas de piano de cola. Do, Sol. Llegaron pronto al primer piso, donde se podía ver una puerta de mármol con las inscripciones fuertemente talladas en ella: "No entrar". Como una puerta suele tener. Esto justamente alentó la acción contraria, es decir, quiso entrar.
-No no no no no nonononononononononono ¡NO!- chilló el ser altísimo de color violeta- ¡No puedes entrar ahi!- y se cruzó de 4 brazos. 
Acá dice en realidad que yo puedo pasar cuando yo quiero- le dijo, (que por supuesto era mentira).
-No no no no no nonononononononon ¡NO! usted no me puede mentir a mí. Ahí dice claramente: no entrar.
-Pero ¿Cómo podrías saber vos eso? Estás muy arriba, y no alcanzás a leer.
-No no no no no nonononononononon ¡No!- Muy seguro de su condición de ser violeta- paso todos los potasio de todos los mercurio por acá y siempre estas puertas tienen estas mismas inscripciones talladas absolutamente, jeroglíficamente, subrepticiamente, inconcebiblemente, univocadamente,  y nadiemente más que por mí.
-¿Pero cómo? Usted se equivoca, con todo respeto. Tal vez lo han cambiado.
-No no no no no nononononononon ¡NO! No lo pueden haber cambiado- ya dudando de su palabra de ser violeta- ¿o si?
-Pero sí. Te estoy diciendo que lo cambiaron. 
- No no no no no nonononononon ¡NO PUEDE SER!
- ¡Que si!
-No no no no no nonononononon ¡A VER!
El largo y aceitoso cuello del ser violeta se acercó para ver con sus propios ojos lo que había pasado con su orgullosa obra de arte. 
Odiseo se limpió la sangre de aquél ex ser violeta y entró. 

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